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Foto del escritorLubela Parrales

Soy hija del error, de las malas decisiones. Soy hija del caos

Actualizado: 5 nov 2020


jueves, 04 de mayo de 2017

09:08 p.m.


Estaba en el baño, recordando ese momento de hoy en que una muchacha le leía a otra su carta astral… y la fascinación de varias personas en escucharle, incluso yo me acerqué para entender qué pasaba. Eso fue hace 4 horas aproximadamente. Pues bien, ahí en el baño recordé como en una época de mi vida, yo leía siempre el horóscopo para animarme con las cosas que vendrían o prepararme para los malos momentos. Hasta que un día me puse a leer los otros pronósticos y me di cuenta que cada uno de ellos tenía algo con lo que podía identificarme y que todo eso era una manipulación de la necesidad que tenemos de certezas, de entender qué se viene en nuestras vidas y darle sentido a todo. Estar "avisados" como sinónimo de estar preparados.

Y ahí en el baño, mientras me limpiaba con el papel higiénico… y analizaba el espesor de mi moco cervical, y lo anotaba en mi calendario mental que "hoy 4 de mayo estoy fértil" (y con plena conciencia de lo que significa)… en un ejercicio más que desde que tuve mi primer periodo siempre practiqué, pues ahí viendo esa sustancia transparente y hermosa, todo tuvo sentido.

Pues sí, crecí escuchando a mi papá de predicciones de un amigo astrólogo basado en mi fecha y hora de nacimiento… es más por ahí tengo esa carta astral guardada. Se supone que nací para grandes cosas, para ser "alguien" en esta vida. Y crecí preguntándome cómo pasaría eso? No me sentía para nada un prodigio… ni especial en alguna cosa en específica. De hecho fui una niña muy haragana y perezosa, sobre todo en los estudios y la parte física, super dejada y miedosa… conmigo aplica perfectamente la ley del mínimo esfuerzo y el colegio nunca fue de mi total agrado, (hoy comprendo que mi entorno familiar tuvo que ver con esa apatía en general que yo presentaba a la vida por sí misma). Pero a pesar de todo eso, sentía esa presión y esa curiosidad de estar destinada a algo importante.

Hoy lo entendí finalmente.

No estoy destinada a nada especial. No existe predicción alguna ni historia escrita sobre mi destino. Puedo desaparecer en cualquier instante y en poco tiempo seré olvidada para la mayoría que me ha conocido, y las únicas personas que sentirán verdaderamente mi ausencia son mi esposo y mis hijos, y mi familia más cercana que es muy poca. El mundo seguirá girando y ellos tendrán que continuar sus vidas, y serán felices.

Verán… mis padres, incluyendo a mi madre que también me ha hecho mención de esas famosas predicciones… se equivocaron al involucrarse y tener un hijo entre ellos, bueno, una hija si nos ajustamos al género. Esa hija fue un error. Pero ellos quisieron validar dicho error, sentirse mejor ante una decisión equivocada. Y esa carta astral les brindó esa oportunidad de sentirse menos mal ante semejante caballada. Si, analicemos esto fríamente: una mujer de 19 años con problemas en su casa, serios problemas en su casa, conoce a un hombre de 34 años con problemas en su vida, serios problemas en su vida, ambos con personalidades fuertes, caóticas, inestables se sienten atraídos por la rebeldía y la ausencia de reglas en sus vidas. Muchas hormonas y mucho ruido alrededor, mucha confusión dieron como resultado una unión, un matrimonio civil donde al poco tiempo estalló la violencia, los pleitos, los insultos, las ofensas y el daño fue tal que al poco tiempo se separaron y yo quedé siempre en ese abismo de odio y resentimiento mutuo. ¿Cómo me sentí yo con todo eso? Otro día se los cuento cómo lo viví y lo que sentí. Hoy me limito a contarles que soy producto de una decisión equivocada a la que trataron de darle sentido de alguna manera, y esa manera terminó siendo una carta astral.

Así que asumo que soy esa persona que nació no del amor, sino de una ilusión, de un desenfreno, de un desorden de vida, de un intento de encaminarla… de la idea romántica de quizá un hijo nos ayude a estar mejor… los motivos exactos no los puedo saber, y ellos, creo que difícilmente serían capaces de decirlo con total honestidad… pero lo que si ambos se encargaron de decirme en diferentes momentos fue: lo peor de mi vida fue haber conocido a tu madre/tu padre… ah pero vos fuiste lo mejor también. Yo me habría quedado tranquila con la verdad, lo segundo, lo sentía como simple consuelo, ganas de componer lo dicho segundos antes.

Apenas enlacé esos pensamientos me sentí ligera y heme acá escribiendo apurada. Me vine rápido al comedor para poder escribir esto así con las ganas y la inspiración de un pensamiento que terminó en una epifanía… eureka! El misterio ha sido resuelto finalmente mis dudas han sido aclaradas. Soy hija de un error y esas cosas suceden. Soy una sobreviviente del desamor. De la frustración de mis padres. No necesito una carta astral para darle sentido a mi vida y no soy esa persona especial, marcada para un destino deslumbrante.

Soy Lu. Así de sencillo he ido escribiendo mi historia y aunque hace tiempo me liberé de esa necesidad de validar mi existencia buscando motivos extraordinarios, hoy es un día especial.

No necesito ver el horóscopo ni el tarot ni que me lean las manos. Abrazo el misterio de mi futuro y escribo cada día mi historia, comprometida a ser mejor, aprender continuamente y ayudar a otros. Eso me basta y me define.

Vieran que sabroso me siento ahorita!!

Soy hija del error, de malas decisiones… sobreviví y acá estoy ahora aprendiendo a vivir y a brillar con toda mi luz, libre de miedos... y adivinen qué? Llevo toda mi vida intentándolo. Y eso está bien. No he fallado ni soy un desperdicio. Finalmente acepto y entiendo más de mi origen, pero es solo una circunstancia que explica muchas cosas pero jamás definirá hasta dónde y cómo quiero llegar en mi vida.

Soy hija del caos. Y sin querer me dieron el mayor de los regalos: buscar desde el inicio mi orden interior, conocerme, entenderme y fortalecerme. La adversidad forjó en mí lo que hoy en día me permite soñar y atreverme… y sorprenderme cuando me doy cuenta que soy esa persona que nunca dice no puedo ni pone peros. Excepto cuando no quiero, Y sino quiero, nadie me hace hacerlo. Así de claro.

Si, soy muy cuidadosa con las palabras que elijo. Son poderosas, limitan o te permiten volar.

9:38 pm

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